giovedì 23 agosto 2012

Multilingüe Rosario - Los Misterios Gloriosos meditado por Don Antonio D'Osasco - Español

Multilingüe Rosario - Los Misterios Gloriosos 

meditado por Don Antonio D'Osasco 

Traducido por Grazia Cadau 

Español 


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¡Oh, Espíritu Santo, alma de mi alma, te adoro! 

Ilumíname, guíame, fortaléceme, consuélame. 

Dime qué debo hacer, dame tus órdenes. 

Te prometo someterme a todo lo que desees de mí 

y aceptar todo lo que permitas que me suceda. 

Hazme tan solo conocer tu voluntad. 








PRIMER MISTERIO GLORIOSO

Aunque Jesús se lo había dicho muchas veces a sus Apóstoles y a sus discípulos que después de su pasión habría resucitado, cuando Él le aparece ellos se surprenden y sus ánimos se llenan de gran estupor y gozo. 

En el episodio de los discípulos de Emmaus, por elemplo, hay momentos vívidos por los peregrinos que reflejan la historia de cada uno de nosostros (como individuos y también como pareja). 

Ellos se alejan de Jerusalén , símbolo de la Iglesia, y han perdido la esperanza. “el mismo Jesús se acercó y siguió con ellos; pero sus ojos estaban retenidos para que no le conocieran” ... İcosa que nos pasan cotidianamente a nosotros! Y Jesús que les dice (y dice a nosotros) “¡Oh insensatos y tardos de corazón para creer todo lo que dijeron los profetas!” Y luego es suficiente sólo un acto de amor cuando le dicen a Jesús “Quédate con nosotros, porque atardece... Y entró a quedarse con ellos” y recompensa este acto de amor partiendo el pan con ellos y para ellos (la Eucaristía)... “Entonces se le abrieros los ojos y le reconoscieron” y están llenos de gozo “¿No estaba ardiendo nuestro corazón dentro de nosostros cuando nos hablaba en el camino y nos explicaba las Escrituras?...Le habían reconocido en la fracción del pan” 

¡Qué ilusión! Gracias, Jesús, por tu resurrección y porque caminas con nosotros.


SEGUNDO MISTERIO GLORIOSO

Lucas, en los Hechos de los Apóstoles, empieza diciendo: “con numerosas pruebas se les mostró vivo (a sus discípulos) después de su pasión, dejándose ver de ellos por espacio de cuarenta días y hablándole del reino de Dios”. 

Podemos sólo imaginar cuánto les habrá dicho a sus amigos, cuántos detalles sobre su reino que ya había descrito con las parábolas contadas en los Evangelios, cuántas recomendaciones que lo Apóstoles no han entendido todavía totalmente, si pensamos que poco después, al v.6, se lee che le preguntan a Jesús: “Señor, ¿es este el tiempo en el que reconstruirás el reino de Israel?” 

Juan, en el discurso después de la última cena, nos refiere palabras como éstas: “Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros [...]Pero cuando venga el Espíritu de Verdad, él os guiará a toda la verdad” (Jn. 16,7 y 13). Lucas en los Hechos (1,8-9) añade: “Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros, y me seréis testigos en Jerusalén[...] y hasta lo último de la tierra. Después de decir esto, y mientras ellos le veían, él fue elevado; y una nube le recibió ocultándole de sus ojos”. 

Gracias, Jesús, porque todo lo que nos has revelado se ha realizado.


TERCER MISTERIO GLORIOSO

Lo que Jesús había prometido se cumple 50 días después de la Pascua. Los Apóstoles con María están en Jerusalén en el Cenáculo, en oración. En 4 versículos se nos describe un acontecimiento que después de la Encarnación, Pasión y Resurrección, cambiará el mundo. De miedosos que eran, lo Apóstoles empiezan inmediatamente, con ánimo y con una fé desconocida hasta aquel momento, el testimonio, querido por Jesús, que los llevará todos hasta el martirio. 

Poco después la resurrección, la sera de ese mismo día, Jesús, aparenciéndoles en el Cenáculo, les había anticipado el evento de este misterio con la que fue llamada la ‘pequeña Pentecoste’, cuando dijo: “İla Paz sea con vosotros!” y luego, poco después, repite: “İLa Paz sea con vosotros! Como el Padre me ha enviado así yo os envío. Dicho eso sopló y les dijo: ‘Recibid el Espíritu Santo; a quienes perdonarais los pecados, les serán perdonados; a quienes los retuviereis, les serán retenidos” (Jn. 20,19-22). 

Gracias, Jesús por este inmenso don del espíritu santo que desde siempre anima tu iglesia, comunidad de creyentes y personalmente cada uno de nosotros


CUARTO MISTERIO GLORIOSO

La escena debe de ser magnífica: María, la madre de Dios, con su alma y su cuerpo glorioso, come el de Jesús resucitado, entra en el cielo, o sea en su nueva manera de ser. 

“Una mujer vestida de sol”: es la Iglesia; es también María, madre de la Iglesia. Está vestida de luz... “Yo soy la luz del mundo... el que me sigue tendrá la luz de la vida” (Jn.8,12) dijo Jesús. María, su madre, que es también su primera discípula, está envuelta en la luz de la vida. En el Antiguo Testamento se considera el sol como una criatura privilegiada por Dios, y en el Nuevo Testamento se habla de “Su sol” donde el adjetivo posesivo se refiere a Dios (Mt.5,45). De este sol que es suyo, Dios envuelve y viste la mujer, María, que él ama y llena de los mejores dones. 

“con la luna debajo de sus pies”: la luna, que tiene la función – según el Antiguo Testamento – de regular el desarrollo del tiempo, està debajo los pies de la mujer, que domina totalmente, sobre las vicisitudes del tiempo. Ya tiene su eternidad. 

“y una corona de doce estrellas sobre su cabeza”: la corona es el símbolo de la majestad. María es reina porque es la madre del Rey, del Cristo Rey, es la Reina de los apóstoles, de los mártires, de las virgenes y así con todos los títulos con los que la encontramos en las litanías que la Iglesia le dedica. 

Las doce estrellas se refieren al número de las doce tribus de Israel que encontramos en la historia del Antiguo Testamento, como también a los doce Apóstoles en la historia del Nuevo Testamento. Toda la historia se le hace corona. 

Gracias, Maria

Nota: cuando vemos blandir la bandera de Europa podemos pensar a la Virgen María y esta es una razón de jubilo por las raíces cristianas del viejo continente. La elección de la bandera tuvo un recorrido muy largo y articulado, mas se atribuye el diseño vencedor al dibujador católico francs Arsène Heits que lo explicó en llave biblica, referiendóse a la imagen de la devoción a la Virgen del capitúlo doce de la Apocalipsis: “Un signo grandioso apareció en el cielo, una mujer iluminada por el sol, la luna bajo sus pies, y en su cabeza una corona de doce estrellas”. Los representantes de los gobiernos aprobaron esta elección el día 8 diciembre 1955 en París y esta fecha es significativa porque es la solemnidad de la Inmaculada Concepción.


QUINTO MISTERIO GLORIOSO

Por este misterio que concluye el Rosario no tenemos ninguna referencia biblica, pero nuestra fe puede ayudarnos a imaginar lo que pasó. 

Una antífona de la beata Virgen María, al final de la liturgia de Completas, retomando el primer misterio del gozo, dice: “Ante la admiración de cielo y tierra, engendraste a tu santo Creador...”. 

Es esta admiración que, en el mismo momento de la Encarnación anima toda la creación, ahora llena de gozo indecible la ‘esposa’. Por primera vez ve cara a cara a su esposo, el Espíritu Santo; ve cara a cara al Padre de su Hijo, al Padre nuestro, su y nuestro Creator; reabraza a Jesús en la gloria del cielo, İpor fin! 

A su admiración y a su gozo se une la de todos los ángeles... vuelve a ver a Gabriel que le trajo el anuncio que ha cambiado el mundo, vuelve a ver a los Apóstoles con quienes ha compartido el peregrinaje de fe en tierra, se une a todos los santos que vivieron en la alianza antigua, los patriarcas, los profetas que sólo ha conocido en la escucha de su palabra, goza con los mártires, las virgenes... todos esperaban su llegada, como todos esperan nuestra llegada, si Dios querrá acogernos en su misericordia. 

İEs éste el misterio que nos causa, desde siempre, añoranza del Paraíso! 

Gracias, jesús, que con tu pasión, muerte y resurrección nos has preparado una mansión en la casa del padre cerca de vosotros y de la virgen maría.

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